jueves, 11 de octubre de 2012

SANTA MARTA 25 AÑOS DE REGRESO A CASA



PRONUNCIAMIENTO ANTE LA COMUNIDAD SANTA MARTA
La Iglesia Católica Apostólica Salvadoreña del Magníficat tiene en su esencia el ser una comunidad de fe autónoma y autóctona, en Independiente de la Sede Romana, valoramos la libre determinación del pueblo que ama y sirve a Dios con libertad de corazón, somos el redil cuya puerta única y necesaria es Cristo, nuestra Iglesia es labranza y campo de Dios, en este campo crece el antiguo olivo, cuya raíz santa fueron los patriarcas y en el que tuvo y tendrá lugar la reconciliación de todos, por lo que ante un acontecimiento como el que conmemoramos hoy queremos reconocer que:
·         Es un hecho  marcado en la historia de las comunidades de El Zapote, Santa Marta, Peña Blanca, San Jerónimo, San Felipe, entre otros, en el que con saña y crueldad se atentó contra la vida de la población.
·         Que esa acción fue una barbarie perpetrada por el ejército Salvadoreño procedente del destacamento militar #2 comandado por el coronel Sigifredo Ochoa Pérez.
·         Que la postura de la iglesia tradicional fue tímida, negligente, cobarde y en algún momento hasta cómplice con el sistema opresor.
·         Gracias al acompañamiento providencial de la solidaridad internacional, nuestra gente fue ayudada en el paso del rio lempa, en el asentamiento de los Hernández y La Virtud, en el campo de refugiados en Mesa Grande; en su retorno y posterior asentamiento.
·         Que la formación, promoción y desarrollo de esta comunidad en sus proyectos y organización ha sido fruto de su propio esfuerzo y tenacidad, reconociendo su alto valor de lucha en grado heroico.
Por esta razón como Iglesia Católica Apostólica Salvadoreña del Magníficat, que les acompaña en la pastoral manifestamos lo siguiente:
1.   Que nuestra presencia de más de diez años en esta y en las otras comunidades a las que servimos, no ha sido para dominarles ni someterles a un sistema religioso; sino para acompañarles el caminar de este pueblo, reivindicando a si los oportunismos, complicidades y abusos que en el nombre de un Dios desencarnado se han hecho y que han mantenido a los pueblos en el atraso, la pobreza, el sometimiento y la dominación, y de lo que deberíamos avergonzarnos y por ello pedirles perdón.
2.   La ley de amnistía, si tuvo una razón de ser, no era la de encubrir bajo un velo de impunidad los crímenes de lesa humanidad, de los cuales los autores materiales e intelectuales deben arrepentirse, pedir perdón y sobre todo ser castigados.
3.   Creemos que las convicciones e ideales que sostuvieron a este pueblo, antes, durante y después del conflicto armado, deben ser respetadas, defendidas, valoradas y  promovidas.
4.   El espíritu cristiano ha sido fortalecido en las diversas etapas de la comunidad  en las que se ha visto la convergencia de diversas iglesias históricas por lo que ahora, en el momento histórico que vive Santa marta, debemos aprender a vivir en un sano ecumenismo.
5.   Los frutos de este proceso son evidentes y nadie los puede negar, el pueblo ha alcanzado una madurez en todos los niveles de la vida, y eso es algo que debemos de enaltecer y por lo que debemos dar gracias al Creador. Pero también es de hacer notar que todavía existen muchos retos que superar para lo cual se necesita voluntad y mucha madures con responsabilidad.
6.   De todos es sabido que todavía hay resabios de un comportamiento religioso imperialista y excluyente, y porque no decirlo intransigente, contra el cual hay que luchar con mucho valor y respetando las diferentes opciones religiosas que existen y puedan existir en esta comunidad, de lo que se trata es de hacer presente el Reino de Dios y su Justicia, lo cual no se podrá alcanzar sin la unidad que hasta la fecha no existe entre las diferentes expresiones de Iglesias que acompañan a este pueblo santo.

Amados hermanos y hermanas de la comunidad de Santa Marta y sus alrededores, en este día tan especial quiero en representación de la Iglesia Católica Apostólica Salvadoreña del Magníficat, reiterar nuestro acompañamiento desinteresado a esta comunidad en todo su proceso de desarrollo, en sus alegrías y sufrimientos, pues no estamos en medio de ustedes como ovejas descarriadas sino como hijos, siervos y hermanos de ustedes, nosotros como Iglesia Particular, que profesamos la fe católica y apostólica, como parte del la Iglesia Una Santa Católica y Apostólica, también hemos sido enviados por el mismo Dios y Señor de todos a apacentar a su rebaño, cuidarlo y curarlo cuando este sea herido, y siempre estaremos prestos a buscar la Unidad que Cristo deseo para todos los suyos.

Que el Señor les bendiga.

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