miércoles, 20 de octubre de 2010

COMUNICADO

LA COMUNIDAD SANTA MARTA RESPALDA LA LABOR PASTORAL DEL OBISPO LUIS ALBERTO QUINTANILLA

La comunidad Santa Marta conoce de cerca la labor pastoral del Obispo Luis Alberto Quintanilla y da fe y testimonio de su profundo compromiso social y cristiano.
En el año 2002, el ahora Obispo Luis Alberto Quintanilla, párroco de Ciudad Victoria, “amplió su trabajo pastoral y llevó la misa dominical hasta Santa Marta”, lo cual, según sus propias palabra, “le trajo grandes problemas con la Diócesis –de San Vicente- porque no estaba de acuerdo que se visitara a esta comunidad por considerarla comunista”.
Como comunidad, no tenemos la menor duda, que las represalias y acusaciones contra el Obispo Luis Alberto Quintanilla son el resultado de su compromiso con la verdad y por haber hecho de su fe cristiana una opción preferencial por los pobres, como dijera nuestro Obispo Mártir, Monseñor Oscar Arnulfo Romero; lo cual ha incomodado “a más de algún político corrupto de la zona” y a esa jerarquía autoritaria de la iglesia que cree “tener el monopolio de la verdad” y del camino correcto.
Como comunidad cristiana y católica que somos, no compartimos la actitud adoptada por el clero y la diócesis de San Vicente, al llamar a sus fieles a que “eviten seguir –según ellos- a alguien que se ha separado de la iglesia Católica fundada sobre el Apóstol San Pedro y sus legítimos sucesores”i, cuando es sabido de sobra, que la decisión de suspender al entonces sacerdote Luis Alberto Quintanilla de sus funciones de pastor de la Iglesia Católica Romana, no fue ningún acto de su voluntad, más bien, fue la intolerancia del Obispo Barahona y el clero perteneciente a la diócesis de San Vicente.
Creemos que el hecho que la Iglesia Católica Romana se juzgue como la “única verdadera y -retire- el título de «iglesia» a todas las demás”, creando “un marco riguroso: un pensamiento único, una única dogmática, un único catecismo, un único derecho canónico, una única forma de liturgia”, no la hace poseedora del poder absoluto de Dios, ni de la fe cristina y católica. Y el hecho que “no se tolera la crítica ni la creatividad” y se premien las virtudes que “se encuadran en el sistema, como la obediencia ciega, la continua exaltación de las autoridades y el «sentir con la Iglesia (jerarquía)»”ii, convierte a la institución iglesia en un poder centralizado, piramidal, absolutista y monárquico. “Este tipo de poder no favorece el ideal
evangélico de igualdad, de fraternidad ni la participación de los fieles. Más bien cierra las puertas a la participación y al amor”iii.
Recalcamos y repudiamos también la actitud mostrada por el alcalde Juan Antonio Ramos, quien amparado en sus funciones como administrador de los bienes públicos del municipio, obstaculiza el desarrollo de una actividad religiosa, pacífica y en plena armonía con lo estipulado por nuestras leyes.
De esta manera, además, se está obviando el Derecho que la ciudadanía posee de hacer uso de aquellas infraestructuras que han sido construidas, fruto de la recaudación tributaria y fiscal. El parque y toda infraestructura de origen público no debe estar atada a caprichos políticos ni conveniencias mezquinas, la actitud recurrente del consejo municipal de no ceder su uso a comunidades, ni grupos sociales no afines, solo muestra la miopía política y la posición servil que poseen ante grupos de ultraderecha, recalcitrantes y conservadores.
Conocido de sobra está, la confabulación del clero, la diócesis y el alcalde de Ciudad Victoria contra el ahora Obispo Luis Alberto Quintanilla, lo cual ha propiciado que personas insensatas lleguen al extremo de atentar contra su integridad y su vida.
Como cristianos que somos todas y todos, llamamos a respetar nuestra definición de país como un Estado Laico, donde nuestra Constitución de la República faculta la libertad de credo, religión y definición política, siempre y cuando, no se violenten los derechos de los demás. Y en ese sentido, lo que ahora ocurre, es una flagrante violación a los Derechos Humanos, civiles y religiosos del Obispo Luis Alberto Quintanilla.
Santa Marta, sábado 09 de octubre de 2010.

i Comunicado del Obispo de la Diócesis de San Vicente, 23-09-2010
ii Leonardo Boff: “¿Por qué continúa existiendo la Iglesia-poder?”, 2010-08-20
iii Leonardo Boff: “Otro modo de ser Iglesia”, 2010-07-30.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si, claro que toda santa Marta apoya al padre Luis quintanilla. Asi dice, son solo unas cuantas familias que hablan en nombre del la Comunidad, no es toda santa Marta. Se nota que este es un acto de desesperacion por querer darse a conocer como que esta apoyado por una comunidad. Nadie ha violentado el derecho del padre Luis, al contrario él esta violentando el derecho de la Iglesia Católica al querer darse a conocer con la misma identidad de la Iglesia que Jesús fundó, quien ha dicho que no haga su Iglesia que la haga ya la tiene, pero que no diga que es apostólica católica, que diga que es una iglesia que él ha fundado a partir de un mero capricho y egoísmo.

Anónimo dijo...

Mira hombre anónimo, o quien haya escrito el anterior comentario, yo estuve en Santa Marta celebrando Semana Santa 2011, y no estuvieron presentes unas cuantas familias como tú lo dices, sino más de 400 personas en cada acto religioso. No te creas de lo que otros dicen, ve y comprueba que esa comunidad está sedienta de palabras de vida eterna, las que están contenidas en las sanyas escrituras, además que le apoyen de muchas maneras. Dejen de creerse los dueños de la fe, los únicos depositarios de la fe; su actitud les está presentando como enemigos del pueblo, actúen conforme al corazón de Dios y el pueblo frente a ustedes sentira algo mejor. Dense la oportunidad de ser humildes y reconocer que aparte de ustedes los católicos romanos, existen , reconocidos por el papa actual y anterior, los católicos de rito bizentino, y otros que no son católicos y así son considerados "legales" los sacramentos que administran.

Buscan la paz y la santidad sin la cual nadie verá al Señor, y recuerden que quien no desparrama es de los mismos nuestros. Dios les siga bendiciendo.